¿Qué es el duelo?

Duelo significa dolor, el dolor podemos sentirlo en nuestro cuerpo como, por ejemplo, el dolor de estómago o el dolor de muela, pero también hay otro tipo de dolor, el dolor emocional, es un sentimiento muy fuerte de pena tristeza o lástima que sentimos a nivel emocional.

Generalmente pensamos que el duelo es provocado por la muerte de un ser querido, sin embargo, el duelo también abarca el dolor que siente una persona ante algo o alguien que le hace falta, por ejemplo, al mudarnos a otro país, a otro departamento u otra zona, alejarnos de nuestros amigos, sufrir algún accidente o enfermedad que nos deja con alguna limitación temporal o permanente, cambiar de casa, la muerte de nuestra mascota, la situación por el COVID -19.

Éstas y muchas otras situaciones pueden causar dolor, y por ello, pasamos por un duelo.

El duelo se manifiesta en todas las áreas de nuestra vida en nuestras emociones, mente, cuerpo y espíritu, es importante recordar que el duelo es un proceso personal y es distinto para cada uno dependiendo de su edad sus características o circunstancias.

¿Qué hacer?

Cuando estamos frente a una persona que está pasando por un duelo es importante que podamos escuchar, permitir que exprese sus emociones y sentimientos libremente, que la persona pueda llorar, reír, enojarse, frustrarse y pueda sentir y expresar sus emociones sin que nadie se lo impida.

El simple hecho de hablar, el dolor es algo difícil de procesar, por eso hablar muchas veces puede ser de gran ayuda. Explicar a un niño lo que pasó en un lenguaje sencillo, puede ayudarle a entender y nombrar su dolor y para luego aceptarlo.

También es importante que podamos contener y consolar a la persona que está pasando por un duelo, durante los siguientes segundos vea cómo se arma el rompecabezas, una vez terminado piense, qué faltó para poder completarlo, reflexione, al pasar por un duelo sentimos que algo o alguien nos hace falta.

Es importante darnos un momento para pensar, cual es la pieza que falta, como me siento cuando me falta una pieza, cómo puede sentirse otra persona cuando le falta una pieza. En este momento inicia uno de los procesos más importantes de la contención, la empatía.

Un abrazo prologado, mientras la niña o el niño tiene una crisis de llanto, es uno de los lenguajes de ternura que, sin palabras, expresa que la persona no está sola, que tiene un hombro donde apoyarse o un regazo para refugiarse, aunque sea por unos minutos.

Después de una crisis de llanto, definitivamente la niña, niño o persona, se sentirá mejor puede pasar por distintas emociones en poco tiempo, lo más importante es practicar la escucha activa.

Muchas veces, darle la razón cuando la persona está en el proceso de expresar su frustración será una actitud clave, para que, la misma persona inicie con el siguiente proceso, tal vez tristeza, enojo, incluso puede indicar que tomará decisiones extremas al calor de su proceso de impotencia.

Posteriormente, pueden venir las respuestas, preguntas, conclusiones durante el monólogo que se debería acompañar con una mirada empática, atenta, y con un lenguaje no verbal que haga saber a la persona que comprendemos perfectamente todo lo que dice.

Poco a poco, irá entrando en razón. Estos procesos pueden repetirse durante algunos días. Recuerde que la misma persona tendrá será cada vez más receptivo (a) ante las verdaderas opiniones de su interlocutor (a).

Si usted percibe que muchas de esas decisiones extremas no son buenas para la persona, como un niño planeando su fuga, o un adulto, decidiendo abandonar su hogar, puede expresarle ante todo su apoyo, y sólo como una opción, presentarle su opinión. Nunca contradiga de forma torpe ninguno de los argumentos de la persona que está pasando por un proceso de duelo.

Reiteramos la importancia de que analice cómo se sentiría usted mismo, ante una situación parecida, y verá que poco a poco un mejor razonamiento llega. Muchas veces no es necesaria la solución a todo, el simple hecho de acompañar, escuchar, contener y consolar, son suficientes para una persona, niña o niño, que está pasando por un proceso de duelo.