Si te preguntas cómo puede influir la comunicación emocional en la familia y qué aspectos hay que tener en cuenta a la hora de implementarla, te invitamos a leer el siguiente blog. 

¿Cuál es la importancia de la comunicación emocional? 

Ser capaces de interpretar lo que alguien más nos dice, ya sea de forma verbal o no verbal, es una habilidad social muy importante que nos ayuda a relacionarnos más eficazmente. En la familia, la comunicación resulta importante para mantener un equilibrio, ya que nos ayuda a expresarnos sanamente, entender mejor nuestras emociones, mejorar nuestra autoestima y fortalecer los vínculos familiares.

De acuerdo con el blog de EITB sobre inteligencia emocional, el equilibrio familiar viene determinado de forma directa por los siguientes valores y condiciones:

• Condiciones materiales de vida.
• Respeto.
• Honestidad, coherencia interna.
• Tolerancia.
• Madurez mental, psíquica y afectiva (capacidad de ver el lado positivo de las personas y de las cosas, sin dejar de ser realistas).

Ahora bien, ¿cómo se relaciona todo esto con la comunicación emocional? Pues, expresar nuestros sentimientos asertivamente puede ser todo un reto cuando no se tiene noción de cuáles emociones son sanas y cuáles no. Todos nos comunicamos de forma subjetiva, incluso involuntariamente. Por eso es importante que las conozcamos en teoría para que sepamos aplicarlas en la práctica.

Entonces, durante estos tiempos en lo que lo ideal es permanecer en casa, la comunicación emocional en la familia puede volverse confusa y crear momentos de estrés o tensión por falta de conocimiento y manejo de nuestras emociones. 

En virtud de lo anterior, queremos darte 4 claves para la comunicación emocional en la familia:

4 claves para la comunicación emocional en la familia

• Percibir la emoción

Esta primera clave es esencial: sirve para poder leer las emociones con precisión. Si somos emocionalmente conscientes, sabemos si una emoción proviene de nosotros o de un factor externo (una persona o una situación). Ante ello, es crucial mantener nuestra postura de calma para ser resistentes al mal humor.

• Facilitar la emoción

Esta habilidad nos permite utilizar nuestra agudeza emocional para prepararnos para tomar decisiones. Cuando reaccionamos a una situación que nos resulta desagradable o molesta, identificando nuestra emoción: averiguamos de dónde viene, y luego, decidimos cómo actuar para resolver la situación es probable que produzca el mejor resultado posible.

Este tipo de estrategia funciona para evitar que perdamos el control cuando algo sale mal y, que, en su lugar, intentemos llegar a un acuerdo común con la familia para resolver el conflicto pacíficamente. 

• Entender la emoción

¿Por qué nos sentimos así? ¿Estamos expresando nuestra emoción correctamente, o no es un método sano? Estas preguntas nos pueden ayudar al momento de entender nuestras emociones, para saber de dónde parten, y reiterar si nos estamos comunicando efectivamente o no. Además, es una buena práctica para saber cómo manejar una situación de disputa en la familia. 

• Manejar la emoción 

Manejar las emociones no significa reprimirlas, sino conocerlas, comprenderlas y aceptarlas de forma profunda para poder fluir en su presencia. La clave para manejar las emociones es entender el mensaje que nos dan es primordial para tomar acción en la dirección adecuada. A partir de aquí podremos rectificar nuestra actitud y pensamientos o pedir asertivamente que modifiquen su conducta, de modo que ningún miembro de la familia se vea afectado de forma negativa.

Conclusión

Como ves, para resolver conflictos familiares pacíficamente no solo se requiere de buena disposición, sino también de un cambio de actitud frente a los problemas. Aplicando estas técnicas podrás mejorar la comunicación en familia, no solo a nivel de pareja sino también con tus hijos e hijas.