Reconocer y visibilizar las desigualdades e inequidades que sufren las mujeres desde niñas es tarea de todos. Bolivia se encuentra en el puesto número 51 del ranking global sobre desigualdades de género de 142 países. Las brechas son un tipo de violencia que no permiten un ejercicio pleno de sus derechos ni aseguran una existencia segura y justa.

Las desigualdades están en la participación económica en cuanto a salarios y empleo altamente capacitado; en educación como acceso a niveles de educación básicos y más elevados; en participación política, entendido como representación en las estructuras de toma de decisiones y salud y supervivencia, en expectativa de vida y proporción hombres-mujeres.

Hablemos de la salud de las mujeres, ellas cuentan con menor acceso a los servicios, que conlleva a menor calidad de vida, la cual disminuye notablemente cuando se convierten en madres, teniendo una gran probabilidad de perder la vida antes, durante o después del parto.

Las mujeres ganan menos por las mismas funciones y carga de trabajo que los hombres - 47% menos- sin tomar en cuenta que el trabajo reproductivo y de cuidado que ellas cumplen al interior de sus hogares, no se valoriza.

Según los últimos datos recopilados por el Banco Mundial relacionados con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente el número 5, que refiere a la igualdad de género, coloca especial énfasis al cambio climático como factor para el aumento en desigualdades.

Para Bolivia se tienen los siguientes datos: Mayor índice de carga de trabajo reproductivo para niñas y mujeres debido a las sequias, debido al número de horas que se dedicarían a la recolección y tratamiento del agua, esto influiría en el acceso a su educación y al uso de tiempo para un desarrollo integral.

Datos estadísticos de delitos en razón del género

Según los últimos datos generados por la Fiscalía General del Estado los índices de el número de denuncias sobre violencia sexual en niñas y adolescentes es de 2504 casos a diferencia de la cifra de 204 de niños varones, datos obtenidos hasta la fecha. De cada 1000 mujeres madres, 116 son adolescentes, producto de violencia sexual.

Bolivia en este año tiene 98 feminicidios denunciados, las cifras van de año en año en aumento. Estos datos reflejan el alarmante índice de violencia hacia las mujeres en todas las etapas de su vida.

La sociedad boliviana vive un alto nivel de desvalorización de la vida de las mujeres de toda edad.

Datos relacionados con ciclos de vida de las mujeres y cambios estructurales

Uno de las principales herramientas para la disminución de brechas de género, es el manejo de datos con enfoque de género, variables como el uso del tiempo, carga de trabajo reproductivo, productivo y de cuidado, movilización urbana, acceso a la tecnología, espacios de toma de decisión que causan incidencia; en lo económico: acceso a productos financieros y no financieros, acceso a educación alternativa según ciclos de vida, educación de post grado, acceso a procesos de justicia etc.

Esta información, analizada desde un enfoque integral de género otorgara la oportunidad de crear planes y programas que tengan una alta efectividad para la disminución de estas desigualdades.

El desafío: cambio de las estructuras de poder para eliminar la violencia de género

Reconocer que el alto nivel de violencia hacia las mujeres significa menos posibilidades de desarrollo económico, por el presupuesto que supone la atención de este problema, es una decisión acertada. Y, sumar a eso que es un costo social muy alto, que refleja una menor posibilidad de un desarrollo social que no solo afecta a las mujeres, sino al conjunto de quienes conforman un estado, es otro elemento importante.

Convertirnos en aliados en esta lucha constante, es fundamental para un cambio de identidad social, en el cual se ejerce la crítica y reflexión de patrones culturales, y se alienta la valorización de hombres y mujeres desde una posición humana y no dicotómica donde no es necesario el ejercicio de poder y sometimiento para convalidar nuestra existencia.

Es un camino que moviliza creencias, totalmente necesario para generar un cambio estructural en nuestra sociedad, apostar por la niñez y adolescencia en es un inicio para eliminar hegemonías de poder que tanto daño causan.

El enfoque transformador y sostenible de World Vision Bolivia se centra en analizar los ciclos de vida de las mujeres desde su infancia, identificando sus necesidades y destacando las barreras e inequidades que obstaculizan el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes. Esta estrategia ha demostrado ser efectiva para lograr cambios sostenibles, ya que se adapta a las necesidades y oportunidades de las mujeres a lo largo de su vida. El enfoque en cada etapa no solo crea oportunidades para el desarrollo personal, sino que también promueve la autonomía de las mujeres, contribuyendo así a una sociedad más igualitaria y justa.