María retrata la esperanza de las personas durante la cuarentena de 14 días en el albergue temporal para seguir viaje con fe hasta su hogar, su familia.

A pocas horas de retornar a su hogar, al lado de sus seres queridos, después de haber permanecido cerca de dos meses en Buenos Aires, Argentina y 14 días más en el albergue temporal San Pedro de Yacuiba, por la cuarentena por el coronavirus, María una joven estudiante de diseño de modas y fotografía se desenvuelve en sentimientos encontrados.

“Cierta nostalgia de dejar el lugar y a la vez felicidad, porque han surgido amistades” dice ella al recordar la experiencia del peregrinaje que le tocó vivir junto a su madre, Jaqueline que le acompaña desde Argentina, a donde las encontró la cuarentena por el COVID-19.

Nunca pensó que llegar a un lugar junto a 385 connacionales que retornan a su país sería una experiencia que marcaría su vida y le permitiera verla desde otra perspectiva. “Aquí conocí personas muy buenas, que nos facilitaban las cosas”, relata la joven que supo sacar lo mejor de una situación como esta.

“Me llevo de experiencia la humanidad de la gente, aprender de la humildad de las personas, todos hemos aprendido a convivir juntos, ser más tolerantes y valorar muchas cosas que de repente nosotros tenemos, y que jamás imaginamos que serían una necesidad, y tal vez hay personas que viven así toda su vida, me llevo personalmente esa experiencia, de ser más empática con las que no tienen”.

Ella quiso retratar este acontecimiento histórico que le vivió en el albergue, por lo que agarró su cámara fotográfica y empezó a capturar cada una de las vivencias de las personas, para que el resto de las gentes puedan conocer las historias de personas anónimas que hicieron del viaje una experiencia más enriquecedora.

Esas personas sacaron lo mejor de sí y todos pusieron de su parte para que puedan llegar con bien al lado de sus hijos, hijas, esposas, esposos, padres, madres. Fue lo que quiso documentar en una foto relato que próximamente será expuesto en una galería fotográfica. Es una tarea que se puso a corto plazo María al retornar a Santa Cruz de la Sierra, su ciudad natal.

Las jornadas pasaron más rápido de lo que esperaba, en un ambiente que se hacía por ratos difícil, porque surgieron problemas, pero supieron enfrentarlos con fe y esperanza refugiados en la palabra de Dios, en espacios de reflexión bíblica que se extendía casi por todo los alrededores.

“Hay muchas personas que somos creyentes, el ambiente fue mucho más ameno, cantando alabanzas, o leyendo la biblia para ayudar a superar la tristeza, fue muy crucial porque es la fe lo que nos mantenía con esperanza” apunta María con un brillo en sus ojos cargados de esperanza en el reencuentro con el resto de su familia, en casa.

World Vision Bolivia con el apoyo del PMA (Programa Mundial de Alimentos) y en coordinación con el VIDECI (Viceministerio de Defensa Civil) entregó alimentos no perecederos para 544 personas, adultos y menores de edad que permanecieron durante 14 días en cuarentena en los albergues temporales de Yacuiba y Puerto Suárez.

“Estamos agradecidos por la alimentación, hay personas que podrían haber solventado la alimentación durante estas dos semanas, pero también personas que no tal vez no habrían tenido absolutamente nada que comer”, concluyó María.