Fidel creció en la comunidad de Irupata, una pequeña localidad con alrededor de 150 personas dedicadas principalmente a la agricultura de autoconsumo por lo que resultaba muy difícil contar con recursos para cubrir las necesidades básicas, por lo que tuvo que dar su máxima capacidad para salir adelante.

Su escuela de la comunidad solo contaba con nivel primario. “Era normal llegar a octavo y no se pensaba en seguir estudiando”. Pero en el momento en el que Fidel llegó a octavo, se abrió el nivel secundario; por lo que él fue parte de la primera promoción de la escuela en su comunidad.

A sus 9 años, ingresó al Programa de World Vision, en el que estuvo registrado durante 3 años.

“Yo esperaba con ansias cuando venían los trabajadores del programa, porque siempre nos traían algo”. Más allá del regalo, la motivación y alegría que le daba la visita, no solo a él; sino a todos los niños, es un recuerdo que guarda con mucho cariño.

Cuando cumplió 12 años, Fidel no dejó de participar de las actividades de World Vision, como las campañas de evangelización juvenil, talleres de capacitación sobre el código niño, niña y adolescentes, liderazgo y guía espiritual.

Historias transformadoras. Laura, Empoderamiento para vencer la vulnerabilidad.

Esto le permitió dar lo mejor de sí para, no solamente avanzar hacia sus objetivos; sino también ayudar a los demás. Haber sido parte del programa de patrocinio le motiva en el trabajo para servir de mejor forma a los niños más necesitados. “Aprendí el valor de compartir y esto me motiva a ayudar a los niños más necesitados del área de acción en la que trabajo”.

Todas estas actividades fueron muy importantes para Fidel; ya que cuando era parte del programa, él se sentía un niño vulnerable, pero gracias a estas herramientas, fue capaz de tener la fortaleza para seguir creciendo. Una vez que terminó el colegio y con el apoyo de su padre, pudo estudiar economía.

Actualmente, Fidel es técnico integral de protección en Sausisa, una comunidad al norte del departamento de Potosí, en el altiplano boliviano. Ser parte del programa de patrocinio durante su infancia, le permitió aprender el valor que puede tener un niño o niña para sobreponerse a la adversidad.

“World Vision ha dejado grandes cambios”, Fidel cree que el apoyo de la organización ayuda a motivar a las personas, para dar lo mejor de sí y levantar su comunidad. En su experiencia, la institución cambió la vida de su familia y comunidad.

Con proyectos de seguridad alimentaria se mejoró la producción agrícola y se introdujeron proyectos de agropecuaria y micro riego que fortalecieron la zona. Además, con talleres y capacitaciones fue posible una mayor protección de la niñez y también formar niños y niñas conocedores de sus capacidades.

Con su experiencia cómo niño registrado en el programa de World Vision, Fidel es capaz de ver a los niños y niñas y comprender por lo que están pasando ya que él también estuvo en esa posición. “Cuando uno también ha vivido momentos difíciles rodeados de necesidades, yo sé cómo se siente y me pongo en su lugar”. La alegría y las sonrisas con las que niños y niñas reciben a Fidel, son una gran motivación para él y ver la emoción de la niñez al recibir un regalo lo llena de satisfacción.